sábado, 7 de febrero de 2015

Batalla de San Quintín (1557) - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Batalla de San Quintín (1557)

Batalla de San Quintín
la guerra italiana de 1551-1559
Batalla de San Quintín.png

Plano de situación de la contienda en tierras francesas

Fecha 10 de agosto de 1557
Lugar San Quintín, (Flag of France.svg Francia)
Coordenadas 49°50′55″N 3°17′11″ECoordenadas: 49°50′55″N 3°17′11″E (mapa)
Resultado Victoria decisiva española
Beligerantes

Flag of Cross of Burgundy.svg Imperio español Pavillon royal de la France.svg Reino de Francia
Comandantes

Flag of Cross of Burgundy.svg Duque de Saboya

Flag of Cross of Burgundy.svg Conde de Egmont

Flag of Cross of Burgundy.svg Julián Romero
Pavillon royal de la France.svg Duque de Montmorency  Rendición
Fuerzas en combate

Tercios españoles: Infantería: 7.000 hombres

Caballería: 5.000 efectivos

Artillería: 80 cañones
Ejército francés: Infantería: 22.000 hombres

Caballería: 8.000 efectivos

Artillería: 18 cañones
Bajas

900 muertos o heridos 25.000 muertos, heridos o prisioneros
[editar datos en Wikidata]
La batalla de San Quintín fue una batalla entablada en el marco de las Guerras italianas entre las tropas españolas y el ejército francés, que tuvo lugar el 10 de agosto de 1557, con victoria decisiva para el reino de España. Tras haber sido invadido en 1556 el Reino de Nápoles por las tropas francesas del duque de Guisa, Felipe II ordenó a las tropas españolas que se encontraban en los Países Bajos españoles invadir Francia. La guerra abierta entre Enrique II de Francia y Felipe II de España entraba en su fase más crucial.


Una parte de las tropas españolas eran soldados de los Tercios viejos de Nápoles, por entonces bajo soberanía española.



Preliminares de la batalla

El primer escenario del enfrentamiento fue Italia, donde el apoyo del Papa Pablo IV facilitó la entrada de tropas francesas para amenazar a los dominios españoles del Milanesado y sobre todo Nápoles. El III duque de Alba, que estaba al mando de los españoles, rechazó eficazmente a los invasores y aisló al Papa, hecho que le valió la excomunión a Felipe II.


En la frontera entre Francia y Flandes se libraron los principales combates de esta contienda. Ruy Gómez de Silva logró reclutar 8.000 infantes y cuantiosos fondos para la guerra. Felipe II, por su parte, visitó Inglaterra para recibir ayuda de su segunda esposa, María I Tudor. Obtuvo de ésta 9.000 libras y 7.000 hombres, que marcharon a Flandes bajo las órdenes de lord Pembroke,
regresando Felipe II a Bruselas a principios de agosto. El ejército que
llegó a concentrarse en la capital belga estaba compuesto por unos
60.000 españoles, flamencos e ingleses, y contaba con 17.000 jinetes y
ochenta piezas de artillería. El mando de este contingente se delegó a Manuel Filiberto, duque de Saboya, fiel y firme aliado de España que años antes había pasado al servicio de Carlos I cuando el rey de Francia despojara a su familia del ducado saboyano.


Ofensiva del duque de Saboya

La ofensiva se inició antes de que acabara ese mismo mes, con un movimiento de distracción estratégicamente planeado por Manuel Filiberto y dirigido a hacer creer a los franceses que las tropas aliadas invadirían la Champaña para luego dirigirse hacia Guisa,
amenazando dicha plaza con un asedio, lo que motivó que los franceses
enviaran numerosos efectivos para defenderla. En realidad, Manuel
Filiberto tomó el camino de San Quintín, localidad de la Picardía situada a orillas del río Somme.


El impacto de esta medida entre los franceses fue determinante, ya
que la guarnición de esta pequeña ciudad se limitaba a pocos centenares
de soldados al mando de un capitán. El ejército español empezó el ataque
el 2 de agosto, apoderándose del arrabal situado al norte, formado por
unas cien casas y defendido por algunos fosos y baterías. La respuesta
francesa fue enviar con prontitud extrema al almirante Gaspar de Coligny
al mando de un contingente de socorro formado por apenas 500 hombres
que logró introducirse en la ciudad durante la noche del 3 de agosto.
Tras esta vanguardia de urgencia, a marchas forzadas, se aproximaba el
ejército francés al completo, con unos 22.000 infantes, 8.000 jinetes y
18 cañones. Comandaban dicho ejército el condestable Anne de Montmorency
(tío de Coligny) y su hermano Andelot, que al frente de 4.500 soldados
intentó también introducirse en la ciudad sitiada. Fracasó rotundamente
en su propósito al ser interceptado por una emboscada del conde de
Mansfeld, al servicio de Felipe II.


El error francés

El 10 de agosto de 1557, festividad de San Lorenzo, Montmorency decidió avanzar sobre la ciudad de San Quintín
con la intención de que su vanguardia cruzara el Somne en barca y
penetrara en la plaza. Su plan consistía en reforzar rápidamente a los
sitiados mientras el grueso del ejército francés se resguardaba
temporalmente en el cercano bosque de Montescourt.


Sin embargo, poco después, a raíz del profundo desprecio personal que
sentía hacia Manuel Filiberto de Saboya, subestimando sus cualidades
militares, Montmorency optó por cambiar de intención y ordenó que sus
tropas abandonasen otra vez la protección del bosque, haciéndolas
desplegar paralelamente mientras su vanguardia cruzaba el Somne. Esta
imprudencia dejaba la puerta abierta a que los españoles pudieran cruzar
el río por el puente de Rouvroy y así sorprenderle en mitad de la
maniobra, pero el condestable de Montmorency confiaba ciegamente en que
la estrechez del paso impediría tal posibilidad.


En este estado de cosas, un nuevo grupo mandado por Andelot cruzó con
éxito el río, pero en la orilla izquierda se topó con los arcabuceros
españoles, que causaron una cuantiosa matanza entre su tropa. Tan sólo
unos 2 franceses lograron alcanzar la ciudad, y el mismo general Andelot
resultó herido.


Ofensiva

El ala derecha del ejército español, formada por soldados españoles y alemanes, estaba al mando de Alonso de Cáceres. El centro del ejército, estaba a las órdenes de Julián Romero, con españoles, borgoñones e ingleses. El ala izquierda estaba formada por el famoso y temido Tercio de Saboya bajo las órdenes del Maestre de Campo Alonso de Navarrete. Cerrando la formación estaba la caballería flamenca, al mando del fogoso Conde de Egmont.


La caballería ligera flamenca del Conde de Egmont acosó al flanco
izquierdo de sus tropas y obligó a Montmorency a retirarse por enésima
vez hacia el bosque, mientras la caballería francesa dirigida por Louis Gonzaga Duque de Nevers trataba con dificultad de contener el ataque.


El estratégico puente sobre el Somne era estrecho, pero no tanto como
suponía el condestable, de manera que las tropas del duque de Saboya
lograron cruzarlo en poco tiempo. Además construyeron otro de barcas y
tablones para permitir el cruce de más tropas, a la vez que la
caballería de Egmont maniobraba hasta eludir el contraataque de Nevers y
penetrar en el bosque donde se hallaba, ya totalmente copado,
Montmorency. Ante esta asfixiante situación, el condestable no tuvo más
remedio que presentar allí mismo batalla, desplegando a sus hombres de
la mejor manera posible.




El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial se edificó para conmemorar la victoria en San Quintín (10 de agosto, festividad de San Lorenzo).


Vista de la toma de San Quintín en 1557. Grabado en madera publicado en la Cosmografía de Sebastian Münster (edición de 1598).
Mientras su retaguardia seguía amenazada por el conde de Egmont, la
infantería de Felipe II ya se había desplegado y avanzaba en todo el
frente. El duque Filiberto mandaba el centro; en el ala derecha se
encontraban Mansfeld y Horne, y el ala izquierda iba a cargo de Aremberg
y Brunswick. Ambas alas cayeron con extrema violencia sobre el ejército
francés, que además de ser inferior en número se vio ampliamente
desbordado a causa de las constantes descargas de los arcabuceros
españoles, que destrozaban sin parar sus filas. La carnicería fue tal
que los 5.000 mercenarios alemanes del bando francés decidieron rendirse
en masa, dejando a numerosos soldados que se daban a la fuga.
Únicamente resistía el centro, donde un apurado Montmorency recibía el
implacable fuego de la artillería enemiga hasta que, viéndolo todo
irremediablemente perdido, optó por una muerte honorable batiéndose
cuerpo a cuerpo sin demasiado éxito. Fue capturado por un soldado
español de caballería llamado Sedano, que por este hecho recibió un
premio de 10.000 ducados, repartiéndolos luego con su jefe, el capitán
Venezuela.


Resultado final

Sumando a las bajas en combate la matanza de huidos, que fue muy
considerable, se calcula que el ejército francés perdió unos 12.000
hombres, resultando prisioneros otros 6.000 hombres y 2.000 heridos más.
Entre éstos destacaban casi un millar de nobles, incluyendo al propio
Montmorency, entre los cuales se hallaban los duques de Montpensier y de
Longueville, el príncipe de Mantua
y el mariscal de Saint André. Fueron capturadas más de 50 banderas y
toda la artillería. Los 5.000 mercenarios alemanes que se habían rendido
fueron repatriados a cambio del juramento de no servir nuevamente bajo
banderas francesas por un período provisional de seis meses. Las fuerzas
de Felipe II apenas sufrieron trescientas bajas entre muertos y
heridos.


Al conocer el resultado de San Quintín, Felipe II se mostró apenado
por no haber estado presente como él quería e informó a toda su familia,
escribiendo a su padre Carlos I, retirado ya a Yuste: «Y
pues yo no me hallé allí, de que me pesa lo que Vuestra Majestad pueda
pensar, no puedo dar relación de lo que pasó sino de oídas»
.1 Decidió celebrar la victoria ordenando la construcción del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Fue dedicado a san Lorenzo, santo del día de la victoria. Seguidamente
se acercó a felicitar al duque de Saboya, y —contra su opinión— decidió
no atacar directamente París hasta no haber tomado la ciudad de San
Quintín, aún en manos francesas. Los sitiados resistieron hasta el 27 de
agosto, cuando una columna española, otra flamenca y una tercera
inglesa asaltaron —con un duro cañoneo— varias brechas abiertas en la
muralla. Los asaltantes pasaron a cuchillo a gran parte de la guarnición
y capturaron también al almirante Coligny con varios nobles más. Felipe
II dejó como guarnición al conde de Abresfem con 4.000 alemanes,
regresando a Bruselas para la reunión de los Estados Generales.


En 13 de julio de 1558 las tropas españolas volvieron a vencer a las francesas en la batalla de Gravelinas, forzando a Francia a firmar la Paz de Cateau-Cambrésis en 1559.


Cabe señalar que en esta batalla tuvo un importante papel el jefe de la caballería española: el militar flamenco Lamoral, conde de Egmont, que en 1568 fue ejecutado en Bruselas acusado de rebelión por el Tribunal de los Tumultos, fundado por el militar español Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba.


Véase también

Referencias

  1. Revista Historia National Geographic nº 84, pág.87.

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